Los moái de la Isla de Pascua ¡caminaron por sí mismos!

Una investigación internacional ha desmontado uno de los mitos más repetidos de la arqueología moderna: los moái de la Isla de Pascua no fueron transportados sobre troncos ni provocaron la deforestación del lugar, sino que “caminaron” en posición vertical gracias a un ingenioso sistema desarrollado por los antiguos rapanui.

Durante siglos se creyó que los habitantes de Rapa Nui talaron los bosques para mover las enormes estatuas de piedra mediante rodillos de madera, condenando su ecosistema al colapso. Sin embargo, una nueva investigación publicada en el Journal of Archaeological Science revela que esa historia es falsa. Los moái fueron diseñados para avanzar de pie, balanceándose de lado a lado con cuerdas, hasta alcanzar sus plataformas ceremoniales.

Los arqueólogos Carl P. Lipo y Terry L. Hunt han confirmado, tras más de una década de trabajo con modelado 3D y experimentos físicos, que las estatuas eran auténticas “máquinas de caminar”. Su base en forma de D y su inclinación hacia adelante generaban una inestabilidad controlada que permitía su desplazamiento. Una vez en destino, los artesanos nivelaban la base para fijarlas definitivamente.

Un experimento con una réplica de 4,35 toneladas demostró que solo 18 personas podían hacer “caminar” un moái cien metros en cuarenta minutos, sin necesidad de herramientas complejas ni fuerza excesiva. El hallazgo destruye la vieja idea de un “ecocidio” y reivindica la inteligencia técnica y el conocimiento físico del pueblo rapanui.

“Esta es una historia de ingenio, no de destrucción”, concluyen los investigadores. “Durante siglos la tradición oral de la isla lo decía: los moái caminaron. Solo hacía falta escuchar lo que los rapanui ya sabían”.

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