ESPAÑA ✔ Un equipo de científicos descubre una supernova desde el observatorio de Javalambre
Un equipo de científicos liderado por el Centro de
Estudios de Física del Cosmos de Aragón (CEFCA) ha descubierto una supernova
localizada en la galaxia IIHz4, situada a unos 600 millones de años luz de la
Tierra, que fue observada con el telescopio JAST80 del Observatorio Astrofísico
de Javalambre.
La imagen, designada como JVAR21a y registrada por
la Unión Astronómica Internacional (IAU) como AT 2021aggv, fue captada el 12 de
diciembre de 2021 dentro del proyecto J-VAR, cuyo objetivo es la detección y
caracterización de objetos y fenómenos variables en el Universo, informa el
CEFCA en una nota de prensa.
Las supernovas son fenómenos muy poco frecuentes y
difíciles de detectar que se producen al final de la vida de estrellas con
masas superiores a diez veces la del Sol, o bien durante una fase particular en
la evolución de sistemas de dos estrellas compañeras, como parece ser el caso
de JVAR21a.
Son fenómenos tan violentos y energéticos que, en
ocasiones, su brillo llega a ser tan intenso como el de la propia galaxia en la
que se producen, aunque solo permanece visible unas pocas semanas y, en el
mejor de los casos, durante un año, explican los expertos.
En galaxias como la Vía Láctea la frecuencia de
estos fenómenos es de tan sólo 3 explosiones de supernova cada 100 años, por lo
que cartografiar de forma continua el cielo para monitorizar el brillo de miles
de galaxias es "clave" para detectar estos eventos.
Para detectarlo, se observa repetidamente –y hasta
en 11 épocas diferentes– diversas zonas del cielo ya observadas y
caracterizadas previamente por el proyecto J-PLUS, que es el cartografiado
principal del telescopio JAST80.
La comparación de estas imágenes repetidas permite
detectar diferencias originadas por diversos procesos físicos que varían en el
tiempo, como las supernovas, entre otros.
El proyecto J-VAR, a partir de datos del
Observatorio de Javalambre, ha permitido detectar varias explosiones de
supernova, como ya ocurrió en diciembre de 2020 cuando se notificó el
descubrimiento de JVAR20a.
J-VAR es uno de los cartografiados que se llevan a
cabo durante el 20 por ciento de tiempo abierto de observación que el OAJ
ofrece a la comunidad internacional debido a su condición de Infraestructura
Científica Técnica Singular (ICTS) nacional.
En el proyecto también participan investigadores del
Instituto de Física de la Universidad Federal do Rio de Janeiro (IF-UFRJ).
El 13 de diciembre, en el proceso de revisión y
validación de las imágenes del proyecto J-VAR tomadas la noche anterior, los
científicos del CEFCA encontraron una nueva fuente luminosa en la galaxia
anular IIHz4 que se captaba en imágenes de épocas anteriores, ni de J-PLUS, ni
de J-VAR, ni de otros proyectos realizados desde otros observatorios, por lo
que se determinó que el objeto respondía a la explosión de una supernova en
dicha galaxia.
La detección se reportó a la página oficial de la
Unión Astronómica Internacional destinada a la notificación de este tipo de
descubrimientos, el Transient Name Server (TNS), un día después, tras haberse
realizado las comprobaciones y análisis oportunos. La supernova, designada
internamente por el equipo científico como JVAR21a, fue registrada por la IAU
como AT 2021aggv.
Desde su descubrimiento, el telescopio JAST80 ha
realizado un seguimiento de la evolución de brillo de JVAR21a con diferentes
filtros ópticos que han permitido obtener curvas de luz en las que se puede
apreciar el aumento y disminución del brillo con el paso de las semanas y son
las únicas observaciones disponibles para poder clasificar esta fuente, que ya
no volverá a ser visible.
El brillo máximo y la forma de las curvas de luz
permiten clasificar el tipo de supernova y en este caso, las observaciones
parecen ser consistentes con una supernova de tipo Ia, causada por la
captación, por parte de una estrella enana blanca, de material procedente de
una estrella compañera.
La enana blanca es el núcleo de una estrella que ha
perdido sus capas exteriores al agotar su combustible y llegar a su última fase
evolutiva. Sin embargo, la presencia de una estrella compañera de la que captan
materia por atracción gravitatoria puede causar, como en este tipo de
supernova, un reinicio repentino y explosivo en las reacciones nucleares del
objeto.
Las supernovas producidas en sistemas de dos
estrellas tienen un brillo característico y, por tanto, pueden utilizarse para
medir con precisión distancias cosmológicas. El estudio sistemático de dichos
objetos proporcionó la primera prueba observacional concluyente sobre la
expansión acelerada del Universo y la necesidad de la Energía Oscura como su
principal componente. EFE
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