Qué son los extraños hilos que aparecen en nuestra galaxia
El pasado mes de enero de 2022, un equipo de
expertos de la Universidad de Northwestern captaba una nueva imagen sin
precedentes del centro turbulento de la galaxia de la Vía Láctea, que mostraba
casi 1.000 filamentos, con una longitud de hasta 150 años luz, que colgaban de
manera misteriosa en el espacio.
Fue en la década de 1980 cuando el investigador
Farhad Yusef-Zadeh descubrió que "los filamentos magnéticos comprendían
electrones de rayos cósmicos que hacen girar el campo magnético a una velocidad
cercana a la de la luz", aunque su origen seguía siendo un misterio sin
resolver, explicaban entonces en un comunicado.
"Hemos estudiado los filamentos individuales
durante mucho tiempo con una visión miope. Ahora, finalmente, vemos el panorama
general: una vista panorámica llena de una gran cantidad de filamentos. Solo
examinar unos pocos filamentos hace que sea difícil sacar una conclusión real
sobre qué son y de dónde provienen. Este es un hito en la mejora de nuestra
comprensión de estas estructuras", destacaba el doctor Farhad Yusef-Zadeh.
Ahora, en una reciente investigación publicada en
'The Astrophysical Journal Letters', los autores proponen que estos filamentos
podrían ser el resultado de una interacción entre el viento y las nubes a gran
escala, o bien, podrían surgir por una turbulencia dentro de un campo magnético
débil.
"Sabemos mucho sobre los filamentos en nuestro
propio Centro Galáctico, y ahora los filamentos en las galaxias exteriores
están comenzando a aparecer como una nueva población de filamentos
extragalácticos", señala Zadeh. "Los mecanismos físicos subyacentes para
ambas poblaciones de filamentos son similares a pesar de los entornos muy
diferentes. Los objetos son parte de la misma familia, pero los filamentos
fuera de la Vía Láctea son primos lejanos más antiguos en el tiempo y en el
espacio".
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Cuáles son sus características
Los filamentos recién descubiertos "residen
dentro de un cúmulo de galaxias, una maraña concentrada de miles de galaxias
ubicadas a mil millones de años luz de la Tierra", explican en un
comunicado reciente. Algunas de estas galaxias son "radiogalaxias
activas" que podrían explicar la formación de filamentos magnéticos a gran
escala.
En este sentido, los filamentos fuera de nuestra Vía
Láctea son más grandes, entre 100 y 10.00 veces más largos. También son más
antiguos y sus campos magnéticos más débiles. "La mayoría de ellos cuelgan
curiosamente, en un ángulo de 90 grados, de los chorros de un agujero negro
hacia la vasta nada del medio intracúmulo, o el espacio encajado entre las
galaxias dentro del cúmulo", aclaran.
Pero lo más llamativo es que la población de
filamentos recién descubierta tiene la "misma relación largo-ancho que los
filamentos de la Vía Láctea" y ambas poblaciones "parecen transportar
la energía a través de los mismos mecanismos".
En este nuevo artículo, los investigadores plantean
la hipótesis de que los orígenes de dichos filamentos podrían resultar de una
simple interacción entre el viento galáctico y un obstáculo, como puede ser una
nube. "Cuando la galaxia se mueve, crea viento que podría estar empujando
a través de lugares donde las partículas de rayos cósmicos están bastante
sueltas. Barre el material y genera una estructura filamentosa", explican.
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