Primer mundo observado precipitándose sobre su vieja estrella

 

   Astrónomos han observado por primera vez un exoplaneta cuya órbita decae alrededor de una estrella madura en una trayectoria en espiral que parece destinada a la colisión hasta su destrucción final.

   El descubrimiento, publicado en la revista 'The Astrophysical Journal Letters', ofrece nuevas perspectivas sobre el largo proceso de desintegración de las órbitas planetarias, ya que es la primera vez que se observa un sistema en esta fase avanzada de la evolución.

   Se cree que la muerte estelar aguarda a muchos mundos y podría ser el adiós definitivo de la Tierra dentro de miles de millones de años, a medida que nuestro Sol envejece.

   "Anteriormente habíamos detectado indicios de exoplanetas que se inspiran en sus estrellas, pero nunca habíamos visto un planeta de este tipo alrededor de una estrella evolucionada --explica en un comunicado Shreyas Vissapragada, becario 51 Pegasi b del Centro de Astrofísica Harvard/Smithsonian y autor principal del estudio--. La teoría predice que las estrellas evolucionadas son muy eficaces a la hora de extraer energía de las órbitas de sus planetas, y ahora podemos probar esas teorías.

   El exoplaneta se denomina Kepler-1658b. Como su nombre indica, los astrónomos descubrieron el exoplaneta con el telescopio espacial Kepler, una misión pionera de caza de planetas que se lanzó en 2009. Curiosamente, fue el primer nuevo candidato a exoplaneta que observó Kepler pero se tardó casi una década en confirmar la existencia del planeta, momento en el que el objeto entró oficialmente en el catálogo de Kepler como la entrada número 1658.

  Kepler-1658b es un Júpiter caliente, apodo que se da a los exoplanetas de masa y tamaño similares a los de Júpiter, pero en órbitas ultracercanas y abrasadoras en torno a sus estrellas anfitrionas

En el caso de Kepler-1658b, esa distancia es sólo una octava parte del espacio entre nuestro Sol y Mercurio, su planeta orbital más cercano. Para los Júpiter calientes y otros planetas como Kepler-1658b que ya están muy cerca de sus estrellas, el deterioro orbital parece que culminará en su destrucción.

   Medir el decaimiento orbital de los exoplanetas ha supuesto un reto para los investigadores porque el proceso es muy lento y gradual. En el caso de Kepler-1658b, según el nuevo estudio, su periodo orbital está disminuyendo a un ritmo minúsculo de unos 131 milisegundos (milésimas de segundo) al año, y una órbita más corta indica que el planeta se ha acercado más a su estrella.

   Detectar esta disminución requirió varios años de observación minuciosa. El reloj comenzó con Kepler y luego fue recogido por el telescopio Hale del Observatorio Palomar en el sur de California y, finalmente, el Transiting Exoplanet Survey Telescope, o TESS, que se lanzó en 2018.

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