Chernobyl de Ohio: aumenta la preocupación por los efectos de los tóxicos en el ambiente
Columnas de humo, animales muertos y preocupaciones
sobre el agua potable de una cuenca que abastece a millones de personas en
Estados Unidos. El descarrilamiento del tren que llevaba productos tóxicos en
Ohio y la quema de algunos de los productos químicos peligrosos aumentan la
intranquilidad en diferentes partes del país norteamericano.
Ya pasó más de una semana desde que unos 50 vagones
de un tren de carga se descarrilaron y quedaron destrozados en las afueras de
East Palestine, cerca de la frontera con el estado de Pensilvania. Si bien
nadie resultó herido en ese accidente, las preocupaciones sobre la calidad del
aire y las sustancias químicas peligrosas a bordo causaron que algunos
residentes de la ciudad fueran evacuados.
Los funcionarios que buscaban evitar el peligro de
una explosión descontrolada eligieron liberar y quemar intencionalmente el
cloruro de vinilo de cinco de los vagones, lo que causó que llamas y humo negro
se elevaran nuevamente hacia el cielo. La estremecedora escena hizo que la
gente cuestionara los posibles impactos en la salud de los residentes en el
área y más allá.
El cloruro de vinilo está asociado con un mayor
riesgo de ciertos tipos de cáncer, y los funcionarios advirtieron en ese
momento que quemarlo liberaría dos gases preocupantes: cloruro de hidrógeno y
fosgeno, que se usó como arma en la Primera Guerra Mundial.
Los funcionarios ambientales aseguran que los
monitores detectaron toxinas en el aire en el lugar durante la quema controlada
y que los funcionarios mantuvieron alejada a la gente hasta que se disipó.
Incluso en comunidades más allá de East Palestine,
algunos residentes dicen estar preocupados por los efectos a largo plazo de una
exposición incluso de bajo grado a los contaminantes del sitio del accidente.
Las principales incógnitas de la población incluyen cómo evitar los olores
persistentes, cómo garantizar la limpieza y qué hacer con las mascotas y el
ganado que parecen enfermos o han muerto desde el descarrilamiento.
Según el Departamento de Agricultura de Ohio, el
riesgo para tales animales es bajo, aunque los vecinos aseguran que la cantidad
de ganado muerto aumentó en las últimas horas. El departamento no ha recibido
ningún informe oficial sobre enfermedad relacionadas directamente con el
incidente, aunque asegurarlo requeriría una necropsia y trabajo de un
laboratorio.
El director del Departamento de Salud de Ohio, Bruce
Vanderhoff, advirtió en una rueda de prensa el martes que los residentes
preocupados por los olores persistentes o los dolores de cabeza desde el
descarrilamiento deben saber que éstos pueden ser provocados por niveles de
contaminantes en el aire muy por debajo de lo que es inseguro.
Los contaminantes de los vagones descarrilados se
derramaron en algunas vías fluviales y fueron tóxicos para los peces, pero los
funcionarios han dicho que el agua potable del área se mantuvo protegida.
Además del cloruro de vinilo, al menos otras tres
sustancias —acrilato de butilo, acrilato de etilhexilo y éter monobutílico de
etilenglicol— se liberaron en el aire, el suelo o el agua, según una carta de
la EPA.
Una mancha de contaminantes que incluye acrilato de
butilo se formó en el río Ohio en los primeros días después del
descarrilamiento y el martes fluía lentamente, acercándose a Huntington,
Virginia Occidental, dijeron funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental
de Ohio.
En respuesta, algunas compañías de agua han cerrado
sus tomas o han aumentado los procesos de tratamiento como medida de
precaución.
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