Una colisión entre estrellas de neutrones en la Vía Láctea podría acabar con la vida en la Tierra
Aunque en toda la Vía Láctea, de los 100 mil
millones de estrellas que existen, los científicos calculan que solamente hay
alrededor de 10 binarias de estrellas de neutrones destinadas a colisionar, la
posibilidad es lejana pero no imposible: una colisión de este tipo, concretada
a una distancia específica, generaría un caudal energético que borraría inmediatamente
a nuestra civilización.
Un grupo de investigadores dirigido por la física
Haille Perkins, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, en Estados
Unidos, ha revelado el impacto que tendría sobre la Tierra una colisión entre
dos estrellas de neutrones en la galaxia, un evento cósmico radical y poco
frecuente, peor que si se concretara a una distancia cercana podría acabar con
toda la vida existente en nuestro planeta. Los resultados del nuevo estudio se
publicaron en ArXiv.
El fenómeno que ocurriría se denomina exactamente
kilonova: tiene lugar cuando dos estrellas de neutrones se fusionan a partir de
un sistema binario. Como resultado del gigantesco choque, emiten intensas
señales de radiación electromagnética. Esta radiación se origina en el proceso
de desintegración de iones pesados, que son producidos y expulsados durante la
fusión.
No se trata de un evento que sea común o se reitere
a menudo en la Vía Láctea: solo existirían 10 sistemas binarios de estas
características en nuestra galaxia con posibilidades de generar una kilonova,
en un escenario que dispone de 100 mil millones de estrellas en toda la Vía
Láctea. El porcentaje de posibilidades es escaso, pero existe. ¿Cuáles serían
exactamente las consecuencias para la Tierra?
Según un artículo publicado en Science Alert, en
principio se genera un estallido de radiación gamma de corta duración,
produciendo chorros hacia los extremos de las estrellas que colisionan. Cuando
estos chorros chocan contra el medio interestelar circundante, generan potentes
rayos X: con el paso de años o siglos, una burbuja de rayos cósmicos se
expandirá hacia el espacio desde el centro de la colisión.
Más allá del impacto negativo sobre nuestro planeta
que podrían tener las diferentes emisiones producidas por la kilonova, los
científicos comprobaron que la mayor amenaza es, precisamente, la burbuja de
rayos cósmicos que concluye el proceso. Acelerados por el remanente de
kilonova, estos rayos cósmicos eliminarían el ozono de la atmósfera terrestre,
dejando al planeta muy vulnerable y bombardeado constantemente con radiación,
por una duración de hasta miles de años.
El proceso indicado desencadenaría una devastadora
extinción masiva, que eliminaría la vida sobre la Tierra. Para que esto suceda,
la explosión debería concretarse a alrededor de 35 años luz de distancia de
nuestro planeta, o sea aproximadamente a 9 veces la distancia que nos separa de
la estrella Próxima Centauri.
Por otro lado, los científicos destacaron que los
nuevos conocimientos obtenidos en el estudio pueden aplicarse también para
determinar el grado de supervivencia que podría existir en sistemas de
exoplanetas afectados por eventos similares, derivando en que se descarten como
posibles candidatos para albergar alguna forma de vida extraterrestre.
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