"Por qué voy a enviar las cenizas de mi hijo a la Luna"
A comienzos del año entrante, un cohete despegará de
Cabo Cañaveral, Estados Unidos, para una misión sin precedentes: hacer de la
Luna el descanso final de más de 70 personas, incluyendo el de Liam Anand, de
16 años, cuya madre habló con la BBC.
“Cuando salga y mire hacia arriba, sabré que parte
de su cuerpo está en la Luna”, dijo Nadine. “Será mágico y emotivo y
reconfortante”.
Cuando Liam, de la ciudad de Dieppe en Canadá, murió
en un accidente de motocicleta en 2018, su familia buscaba algo más que el
funeral convencional que habían planeado para él.
“Sabíamos que tenía que ser algo que lo
representara”, explicó Nadine.
Liam, un adolescente energético que, según su
familia, siempre parecía estar de prisa, soñaba con ser parte de una misión
espacial a Marte, cuando fuera mayor, o de participar en un negocio de minería
de asteroides.
Una tarde, años después de su muerte, Nadine recordó
ese amor por el espacio y empezó una búsqueda online que la llevó a un nuevo
servicio conmemorativo lunar.
Ahora, una porción de las cenizas de Liam irán a
bordo de la nave lunar Peregrine, que aterrizará en nuestro satélite el año
entrante.
Nadine señala que organizar que su hijo sea parte de
la misión ha ayudado a la familia en su proceso de recuperación emocional y
este extraordinario lugar de descanso les dará una manera permanente de
recordarlo.
“Él quería ir al espacio. De esta manera su familia,
sus amigos, quien sea que lo eche de menos o quiera celebrarlo, simplemente
podrá mirar hacia la Luna y decir hola”.
“Es como si lo estuviéramos honrando”.
El director ejecutivo de Celestis, Charles Chafer,
frente al cohete Vulcan Centaur que lanzará al módulo Peregrine que aterrizará
en la Luna.
Para Charles Chafer, director ejecutivo de la
empresa que ofrece el servicio, el lado humano del negocio es tan importante
como la tecnología aeroespacial.
“Cuando fundé la compañía, pensé que seríamos una
empresa aeroespacial”, comentó. “Pero muy rápido me di cuenta de que éramos un
compañía de terapia de duelo”.
Después de ver las misiones Apolo a la Luna cuando
era estudiante de escuela, empezó una carrera en la industria comercial
espacial, que incluyó una colaboración en el primer lanzamiento de un cohete
comercial financiado con fondos privados.
En 1995, fundó Celestis, una empresa que en el
pasado a colocado en órbita muestras de las cenizas o ADN de las personas. Para
la misión lunar, la compañía ha comprado espacio en el módulo Peregrine, cuyo
objetivo principal es llevar experimentos científicos a la superficie de la
Luna.
El nuevo servicio, dijo Chafer, cuesta más o menos
“el precio de un funeral tradicional en EE.UU.”, unos US$13.000.
“El costo del cohete es sorpresivamente una porción
pequeña”, añadió. “La mayoría se va en que somos un negocio orientado
intensamente hacia el servicio”.
Su amor por la ciencia lo llevó a esa industria, pero
ahora le gusta ayudar a las familias a lidiar con su tragedia y encuentra
particularmente gratificante que el servicio puede traerle alegría a aquellos
con enfermedades terminales.
Asegura que siempre se siente conmovido cuando le
dicen: “Papá no sonreía mucho en sus días finales, pero cuando le dije lo que
íbamos a hacer por él, sonrió por el resto de su vida”.
“No hay muchos trabajos en los que recibes ese tipo
de reacción”, afirmó Chafer.
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